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otra comunicación

comunicación

Este es el aspecto de la cabina teléfonica que uno se encuentra nada más doblar la avenida de la Albufera y encontrarse con Monte Igueldo.

La generalización de los teléfonos móviles entre toda la población hace casi inútil el uso de las cabinas callejeras. Como podemos comprobar en la fotografía, la función actual de este invento -que ya parece viejo- es de panel de anuncios.

Venta de pisos, servicios de transporte, de limpieza, alquiler de viviendas…todo tipo de asuntos se publicitan en ese cacharro azul y verde que parece una escultura moderna de época pero que mantiene, de otra manera, su función original: comunicar.

 

anuncios de relax

anuncios por palabras

Hay que tener muy poca vergüenza para empapelar la vía pública con este anuncio. Esta mañana, algunos tramos de la avenida de Monte Igueldo, mostraban un papel pegado a la pared donde se solicita «Chicas para piso relax» y se acompaña con un número de teléfono que no incluimos por seguridad.

Acostumbrados a cartelitos donde se anuncian cerrajeros, alquiler o venta de viviendas, mascotas desaparecidas o venta de coches, no salimos de nuestro asombro ante la desfachatez del tipo que ha colgado ese reclamo.

Penade no haber visto al anunciador y haber colgado su foto.

 

cartel agarrado contra el viento

¿publicidad estática?

La imaginación no tiene límites y menos en una calle tan castigada como Monte Igueldo. El dueño del «Asador El Sabrosón», que está en la calle Monte Perdido, ha encontrado la fórmula para anunciarse en nuestra avenida: una pizarra atada con una cadena de hierro a una señal de tráfico.

El cartel, que destaca su producto estrella -el pollo asado-, tiene movilidad, puede cambiar de contenido informativo y está a prueba de robos, temporales y ciclogénesis explosivas.

Colocado en el esquinazo de Monte Igueldo con la calle de su asador, el anuncio no pasa desapercibido al viandante y capta el interés de los que quieren llevarse un pollo «sabrosón» para comer en casa.

otro solar publicitario

La caída del mercado inmobiliario está imponiendo otra forma de negocio en los solares abandonados: la publicidad estática. Los promotores de suelo no construyen por falta de demanda y, viendo que su inversión no genera beneficios, instalan gigantes carteles publicitarios.

A principios de año, frente al Hiper Textil, colocaron dos superpaneles con motivo publicitario. Como ya denunciamos, su presencia, más que estimular el consumo, intimidaba e intimida por su tamaño.

Ahora, en el solar que hace esquina con el aparcamiento del Mercadona, han colocado dos anuncios de coches haciendo esquina. Teniendo en cuenta que la acera no mide más de un metro, la imagen de los paseantes ante los carteles gigantes resulta -cuando menos- inquietante.

Acostumbrados a los banner cuando navegas por internet, este tipo de anuncios y megavallas publicitarias tratan de distraer nuestra atención invadiendo los ojos del público. No importa, se trata de rentabilizar el espacio y que el ayuntamiento de Madrid cobre su tasa correspondiente.

 

puertas misteriosas

Son cinco ventanas. O puertas. Con palabras como «Una puerta abierta» y «A la emoción». También puntos suspensivos y un intrigante «Próximamente». Estamos hablando de la fachada del antiguo edificio de la ONCE, en la entrada de la avenida de Monte Igueldo, junto a la parada de los autobuses.

Desde el pasado miércoles, el local comercial presenta estas incógnitas. Se trata, sin duda, de una campaña comercial que nos anticipa la apertura de un establecimiento en este sitio.

A primera vista, las ventanas blancas despiertan la curiosidad pero resulta difícil adivinar qué tipo de garito van a poner allí. ¿Una librería de novela negra? ¿una tienda apple? ¿un salón de juegos? ¿? Al menos, un nuevo negocio para el barrio. No es poco.

la invasión de dino y los saurios

De un día a otro aparecieron sin rechistar. En silencio pero empapelaron toda la calle. Fue la semana pasada y, de momento, se han quedado pegados en las paredes de la avenida. Estamos hablando de los carteles que anuncian dos exposiciones sobre los neandertales y los mamuts y otra de dinosarios en la Casa de Campo de Madrid.

Se trata de una doble muestra, de origen francés, e itinerante que trata de hacer negocio con el conocimiento de la prehistoria. Ya ha estado en otras ciudades de España con relativo éxito.

Conocida esta información, nos preocupa la proliferación sorprendente de su reclamo en nuestra avenida. Ayer mismo, además. colocaron anuncios más grandes en algunas farolas de calle. Después de una breve reflexión, para algunos, esto se  puede llamar usurpación del espacio urbano común.

Esto es así porque, aparentemente,  no tiene un coste en el soporte publicitario en las paredes de la avenida; es decir, la empresa que se anuncia no paga por colocar su publicidad en Monte Igueldo. Que se hayan decidido por nuestra calle es lo más curioso. Después del declive evidente de las condiciones de vida de los vecinos, no creemos que haya mucho interés por los dinosaurios. La invasión huele rara.Seguiremos sus pistas. O las huellas.

 

cartel en medio de la calle

Los vecinos de la avenida de Monte Igueldo se han encontrado esta mañana con esta imagen. Dos superpaneles instalados en un solar  que lleva vacío al menos tres años, situado frente al Hiper Textil.

Ayer, cuando dos operarios trabajaban en ese área, algunos pensaron en la posibilidad de que el mercado inmobiliario estaba empezando a salir del hoyo. Hay varios solares a lo largo de la avenida casi abandonados desde el inicio de la crisis. Son nuestros campos de fresas pero sin nada que plantar y a la espera del ladrillo. Pues bien, estábamos equivocados.

Vista esta iniciativa nos hemos dado cuenta de que es posible rentabilizar el espacio callejero privado sin hacer casas. Basta con montar vallas de dos metros y medio por ocho y vender sitio para la publicidad.

No importa que la distancia entre el viandante y el cartel sea escasa -el anuncio es gigante y la calle, a esta altura, muy estrecha-;  no importa que pueda parecer cutre y salchichero -lo cual no beneficia a la marca anunciante-; no es necesario pensar si puede resultar molesto para los vecinos. No, la calle se merece un banner, un anuncio exagerado para rentabilizar el suelo. El sueño de cualquier bloguero, publicidad a lo bestia en medio del texto, cruzado en medio de la avenida de Monte Igueldo.

 

la chica rubia de la fotografía

Es un cartel exterior de una de las tiendas de perfumes -Bodybell- de la avenida. Se refleja la luz sobre el cristal; se descoloca la mirada. Una pintada reivindica el arte o, quizá, el feminismo. La chica rubia de la fotografía te observa cuando caminas.

cuando los anuncios toman las marquesinas

lectura mientras esperas

No es la primera vez que mostramos la parada de autobús de la avenida. Su marquesina sirve de asiento, de cobijo mientras llueve o de parapeto contra el frío. La espera se hace más agradable. También tiene su función publicitaria. Como vemos en la imagen, vendedores de pisos, vehículos o perros, aprovechan su superficie de cristal para anunciar sus productos. Suelen ser papelitos colgados con celofán, sin diseño, toscos, pero directos.

Cuando en los medios de comunicación se multiplican los debates sobre la caída del mercado publicitario, los vecinos de Monte Igueldo han encontrado una fórmula barata -e ilegal- para que los que esperan el autobús lean sus mensajes.