Tag Archive | otoño

más ganas que nieve

nieve en un vehículo en la avenida de Monte IgueldoPor fin nieve en Madrid. Sin embargo, han sido más las ganas que la intensidad. En la fotografía se observa un vehículo con una leve capa de nieve, aparcado junto a la carnicería de la avenida de Monte Igueldo, en el Puente de Vallecas.

El riesgo de nevadas se ha desvanecido paulatinamente para dar paso a cielos más despejados y temperaturas diurnas en ligero ascenso, aunque hasta el domingo se mantendrán heladas generalizadas con mínimas por debajo de los -6/8 grados centígrados en el centro peninsular.

El frío intenso de esta madrugada, provocado por la conjunción de lluvias con aire frío del nordeste peninsular, ha generado que la nieve haya hecho su aparición en Madrid aunque de forma débil y con una acumulación entre los 2/3 centímetros de espesor.

fórmulas para evitar mercados de basuras

El mercadillo callejero que se monta en el inicio de la avenida de Monte Igueldo es un quebradero de cabeza para muchos vecinos. Se corta el paso, se venden cosas cogidas de la basura y el ambiente es «espeso». Ahora, cuando han pasado más de tres años de su esporádica aparición y se ha convertido en un lugar clásico para vender «mierdecilla», las autoridades municipales se han dado cuenta y mandan, de vez en cuando, una patrulla de la policía.

La policía vigila el inicio de la avenida de Monte Igueldo para evitar que se monte un mercado callejero

La presencia de la policía municipal en el principio de Monte Igueldo intimida a los manteros y a los vendedores de «basurillas» evitando así que se cree ese mercado sin reglas y sin cuotas (cargas impositivas municipales).

Desde MonteIgueldo Blog, siempre atentos y solícitos ante nuestra concejal presidente Ana Durán le sugerimos otra fórmula para acabar con este tipo de mercados sin control: la lluvia. Esta misma mañana hemos comprobado que no había ningún vendedor ambulante en nuestra calle.

Intensa lluvia en a la avenida de Monte Iguedo en otoño

El poderoso efecto atmosférico se muestra como la fórmula eficaz para evitar la venta ilegal en la calle. Además, el agua limpia las aceras y nos ahorramos una pasta en el servicio de limpieza.  Creemos que la Junta de Distrito no debería despreciar la propuesta de instalar una nube permanente por encima de los vecinos de la avenida. Es una idea. Y gratis.

abrigando motos callejeras

Motocicleta atípica aparcada en la avenida

Moto abrigada

Este es el aspecto que tienen algunas motos aparcadas en la avenida de Monte Igueldo. Abrigaditas, con un paraguas extendido como refugio, a la espera de lluvias, fríos e inviernos.

Como se puede ver, se trata de un ciclomotor de aparente uso profesional. Tiene dos bandejas, en el frontal y la parte trasera, que -se supone- sirven para el traslado de objetos y cosas.

Normalmente, el vehículo suele estar atado a esa farola, cerca del establecimiento Día y sin molestar a los transeúntes.

Moto cubierta

moto mega-abrigada

Esta otra moto está superprotegida de la inclemencias del tiempo. La funda, que más bien parece una lona, permite cubrir el vehículo y mantenerlo aislado. Revisando algún foro de moteros, se aconseja taparla dos horas después de su uso, en frío, para evitar la formación de óxido.

Este tipo de lonas eran muy populares en los coches entre los sesenta y setenta del siglo pasado. Después, todo «el mundo se hizo rico» y se dejaron de usar.

Ahora, cualquier vecino de nueva generación que pase por nuestra castigada calle, al ver este bulto, puede pensar que se trata de una gran bolsa de basura o de una escultura de arte moderno.

Es, en cualquier caso, un trasto gigante subido a la acera. Pero eso es otra historia….

parís-monte igueldo

Aunque parezca París, es Monte Igueldo. Una mañana de otoño nos deja estas estampas

mañana de otoño

Una mañana de otoño, en el trajín de la avenida, uno puede encontrar esta estampa que nos reconcilia con el barrio. Una bicicleta aparcada y atada a un árbol frente a una tienda de alimentación. La gente camina a su aire y a su tarea.

El vehículo, encajado entre dos buzones. nos da una imagen casi parisina de calle. La fotografía engaña al viandante, recorta la realidad y nos muestra lo que es invisible a los ojos.

Parece París pero es Monte Igueldo

otoño de mañana

luminoso engañoso de otoño

el otoño siempre trae sorpresasYa es otoño en el hemisferio norte y nuestra avenida de Monte Igueldo también cambia de estación. Se ven más niños con uniforme por la calle, gente con chaqueta y verano que no se va.

El cartel luminoso que ilustra esta noticia pertenece al establecimiento de loterías de la avenida. Allí han caído varios segundos premios de la lotería de Nacional. Siempre está lleno de gente y la cola sale, algunas veces, a la calle. Todo funciona salvo el cartelito.

La fotografía está tomada en torno a las 21.00 horas del pasado sábado. La noche ya ha caído pero, damos fe, no sufrimos temperaturas superiores a los 30 grados en estas fechas.

Por un momento, cuando observas el cartel de 84 grados centígrados nos acordamos de los relatos que el escritor Ray Bradbury publicó bajo el título de «Crónicas Marcianas«.

¿Alguien se puede imaginar vida en el planeta Monte Igueldo con esas temperaturas?

Es solo un  aviso de lo que puede dar de sí una imaginación encendida cuando ve un error de un luminoso callejero. Atentos.

 

contra la lluvia, imaginación

 

Es una de las imágenes del día en la avenida de Monte Igueldo.  Unos operarios están instalando la fibra óptica o mejorando el servicio de telecomunicaciones -unos días están por los suelos, otros subidos en escaleras-.

Hoy tocaba el mundo subterráneo y han plantado esa tienda de campaña para refugiarse de la lluvia. En la fotografía no se ve pero debajo del plástico hay una sombrilla de playa.

No sabemos si la instalación anti-agua cumple las normas de seguridad; probablemente, carece de permiso para el montaje. Pero la solución es positiva y optimista. Es viernes. Al mal tiempo, buena cara.

 

otoño puro y duro

Lluvias, viento, hojas en las aceras, el cielo gris…estamos acabando el otoño para entrar en el invierno. Frío.

La avenida de Monte Igueldo de Madrid se estrecha a la mitad, lo que convierte a esa parte da la calle en una zona más recoleta y con menos aires helados.

También supone un menor servicio de limpieza. O eso parece. La recogida de hojas se abandona durante días y la calle toma el aspecto que aparece en la fotografía.

Al  margen del recorte de limpieza, es necesario señalar que esa parte de la acera -que aparece en la imagen- fue reformada hace solo siete años y, desde entonces, esa especie de bache con agua ha permanecido allí. Daba igual que fuera invierno, otoño o primeravera -en el verano, el agua se evapora-, siempre está ese charquto buscando problemas.

Ahora, ya no hay escusas y esperamos que el nuevo gobierno tome cartas en el asuntos, o solicite a alguien que haga el trabajo sucio. Ánimo, presidente!!!

 

 

 

 

balada de otoño

El día está gris. Es otoño. Y esta fotografía se hizo esta mañana a las 10 con una cámara digital compacta.

Es el bulevar del casco viejo de Puente de Vallecas. Había parado de llover y las hojas servían de alfombra a los pocos transeúntes que se dejaban ver a esas horas.

La primera imagen está tomada desde el inicio del paseo. La segunda que cierra el post muestra el enganche del bulevar con la avenida de Monte Igueldo. El otoño tiene estas cosas bonitas.

nieve de otoño

Esta fue la primera nevada de la temporada en Madrid. Ayer, en torno a las doce de la mañana, empezaron a caer copos sobre la ciudad. Esta imagen pertenece a la avenida de Monte Igueldo a la altura del número 82. Parece que intenta cuajar pero es agua-nieve y no lo consigue. No importa. La previsión de tiempo para toda la semana nos permite imaginar una ciudad nevada. ¡A abrigarse!

gotas de agua

gotas de agua

Muchas veces la velocidad nos impide ver los árboles. El bosque no es culpable. Quizá hay que pararse y revisar viejas fotografías atrapadas en una decisión inmediata. Cuando apartamos los relojes y los despertadores, reflexionamos o, simplemente, dejamos la mente en suspenso. Es el momento de contemplar cómo caen gotas de agua sobre nuestra cabeza, como si fueramos flores secas. Y recogernos en el placer de un otoño que no llega.